La colección de otoño-invierno 2012-12, Capriole, fue el elemento que le agregó un importante grado de diseño y vanguardismo a las recién finalizadas Semanas de la Moda de París y Berlín. Un debut para la diseñadora Iris Van Herpen al entrar en las pasarelas de Alta Costura y un acercamiento al espacio sideral para nosotros. Esta colección que nos habla en un lenguaje algo alienígena fue presentada en un escenario que al fin está a la altura de esta increíble y talentosa diseñadora holandesa.
Su primera colección la realizó el año 2007, y desde entonces no ha parado. Un trabajo ultra delicado y minucioso, que es imposible realizar de la noche a la mañana, y es por eso, creo, que sus propuestas siempre han tenido un mismo hilo conductor, una carta de color muy similar y conceptos que se entrelazan. Los denominadores comunes y la visión futurista que Iris emplea para cada temporada se han transformado en el sello característico de la diseñadora holandesa.
Podríamos definir su proceso creativo como si se tratara de la exploración de las diferentes facetas de un mismo concepto, y que si bien retoma elementos de colecciones pasadas, siempre está reinventándose y experimentando con nuevas texturas y volúmenes.
Hermoso y macabro a la vez, Herpen utilizó para esta última colección elementos como el cuero, la poliamida y hojas transparentes que complementó con la línea de calzados que diseñó en colaboración para United Nude.
Según The Washington Post, “ningún otro diseñador en el primer día de los tres que dura el calendario de la Alta Costura ha estado tan cerca de llevar al límite las siluetas como Harpen”.
